Hoy da comienzo mi ruta por La Rioja, lo primero que os quiero contar es porqué elegí el nombre de “El Guardaviñas” para mis apartamentos.
Lo único que tenía claro era que quería un nombre que tuviera sabor a mi tierra de adopción, que es La Rioja, y después de darle muchas y muchas vueltas me decidí por el nombre de estas construcciones tan particulares que tenemos aquí, los Chozos o Guardaviñas.
Historia de los Guardaviñas
Para los que no lo sepan los guardaviñas, también llamados chozos, son contrucciones típicas de La Rioja, están hechas en piedra son de forma circular de una sola planta y poseen una falsa cúpula, su origen es de finales del siglo XIX y se usaban como refugio para los agricultores y los guardas en los días menos apacibles.
Muchos se encuentran en la Sonsierra Riojana, en concreto en San Vicente de la Sonsierra y en Ábalos, que es donde nos encontramos, destacamos 6 restaurados en el año 2000.
El Prado, Periquita, El Portillo, La Recilla, Centenales y Gallocanta, desde hace muchos años vigilan nuestros viñedos centenarios, en silencio, siempre atentos a las inclemencias del tiempo y al frío viento norte que sacude nuestros campos al atardecer.
Esta climatología propia de la Sonsierra Riojana hace de este pueblo un gran cultivador de vides. Ofreciendo una calidad excepcional en sus vinos, que se convierten en un placer para todos tus sentidos. Si no lo has hecho ya te invitamos desde aquí a que los pruebes.
Deja por un momento que tu imaginación te trasporte a un lugar donde sólo oirás el silencio, si miras al horizonte verás montones de viñedos, que en otoño tiñen los campos de un tono rojizo que enamora, salpicados por estas construcciones de piedra que los guardan bajo su mirada atenta. “Sí, esto es La Rioja”
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